¿Qué es Aportando valor en dermatología?
Es un proyecto nacido para dar a conocer best practices y proyectos desarrollados en diferentes hospitales a nivel nacional y promover el intercambio del conocimiento entre especialistas en dermatología.
Con este objetivo en mente, se ha creado un documento, en formato de libro electrónico, que recoge todas estas experiencias y conocimientos de forma ágil y concisa, organizadas en cuatro bloques temáticos. ¡Esperamos que te resulte tan interesante como a nosotros!
Puedes descargarte el libro electrónico (formato PDF) a través del enlace que encontrarás a continuación:
Uso de herramientas digitales
Las herramientas digitales y la inteligencia artificial, que tanto se han desarrollado en los últimos años, son instrumentos muy útiles para el dermatólogo y se pueden aplicar no solo en la práctica clínica, sino también en actividades docentes e investigadoras. En este bloque se comparten cuatro ejemplos de cómo estas herramientas nos ayudan en nuestro trabajo diario.
Continuidad asistencial
La continuidad asistencial en los sistemas sanitarios supone la colaboración entre los diferentes niveles sanitarios como herramienta de gestión clínica generadora de mejor calidad de vida y satisfacción de los usuarios. Para ello, el sistema sanitario está obligado a coordinar sus intervenciones a nivel asistencial y docente, además de los profesionales de enfermería, médico especialista y médico de Atención Primaria. Aquí, os presentamos cuatro excelentes propuestas.
Apoyo a pacientes
El paciente es el agente clave en la asistencia sanitaria. El paciente educado en su patología adopta un rol proactivo, con un mejor nivel de autogestión del proceso, y se hace responsable de sus acciones de autocuidado y de la toma de decisiones informadas, algo muy relevante en las patologías crónicas. Además, su participación creciente en la toma de decisiones pone en valor iniciativas de apoyo como las siguientes para romper barreras, acercarse y humanizar la sanidad.
Gestión de procesos
El propio ejercicio de la dermatología implica el desarrollo de múltiples procesos asistenciales para cada uno de los pacientes que tratamos diariamente, implicando una planificación y ejecución, que constituyen la actividad principal de la mayoría del personal sanitario. Así, bajo el liderazgo del clínico responsable, en este caso el dermatólogo, los resultados obtenidos deben medirse y contrastarse con los objetivos previamente fijados para mejorar nuestra práctica clínica diaria en términos de eficacia, eficiencia y calidad.